Nuestra porpuesta formativa
La verdadera educación siempre se ha basado en dos presupuestos. El primero es que la verdad es deseable por sí misma y el segundo es que el conocimiento no consiste en forzar la verdad de acuerdo a nosotros mismos, sino en ajustarnos a la realidad. Solo podemos ajustarnos a la verdad abrazándola y amándola libremente y solo podemos amar la verdad si somos seducidos por su belleza. Por lo tanto, el amor a la belleza siempre ha sido parte integral del descubrimiento de la verdad y la verdadera educación siempre ha buscado formar el corazón y la mente, la razón y la voluntad, el entusiasmo y el conocimiento. En resumen, la educación forma a la persona en su totalidad a la luz de lo bueno, lo bello y lo verdadero.

